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miércoles, 31 de marzo de 2021

[Crítica] Opera Mortem - David Fleas, 1973

 

-DIRECTOR: David Fleas

-GUION: David Fleas

-REPARTO: Daniel Flat, Amber Toad

-PAIS: Reino Unido

-AÑO: 1973

-DISTRIBUCIÓN: TetroVideo







Sin hacer demasiado ruido Opera Mortem ha sido recuperada y restaurada. Si no la conoces es normal, la película fue proyectada una sola vez en el Nottingham's Odeon Film Theatre de Londres en 1973 y desde entonces desapareció. Se la considera una película maldita, ya que algunos de los pocos espectadores que la llegaron a ver murieron poco después de verla, y su contenido, satanista y con apología al suicidio, quizás da lugar a malpensar.


Nosotros la hemos visto y estamos vivos. No creemos que haya magia negra en esta película que dirigió durante diez años el pintor loco David Fleas, pero su contenido, si más no, inquieta y deja mal cuerpo.


Opera Mortem no es una película que recomendaríamos a nadie porqué no tiene desarrollo argumental. No obstante, Fleas propone al espectador una perturbadora experiencia con extrañas imágenes cargadas de retórica satánica, con rituales, cruces invertidas, cabras y mucha oscuridad, en lo que es una película de arte moderno nacida por la influencia de Fleas al inconformismo y creatividad de los cineastas franceses activos en la Nouvelle vague. Pero Fleas va más allá y traspasa el límite de la provocación incluso a ojos actuales, con lo que es una película profana a la doctrina católica sin ningún límite moral.



Y a pesar de que no estamos ante una película para ojos de cualquiera, Opera Mortem tiene la capacidad de hipnotizar al espectador durante sus cortos 70 minutos, algo plausible cuando durante ese transcurso el espectador es incapaz de dar coherencia a las imágenes. Se hace innegable compararla con películas como Begotten, Vampir Cuadecuc, o incluso con ese video maldito de Ringu.


Pero David Fleas va más allá de esos referentes citados. Se nota que es un pintor y además apasionado del satanismo. Las imágenes que consigue con su cámara Super-8 demuestran un conocimiento superlativo de la temática satánica, y que a través de una creatividad sin límites el cineasta idea y consigue expresar en imágenes imborrables a la retina. No lo hubiera conseguido sin talento técnico y artístico para plasmarlo, y lo hizo jugando con los encuadres, la ópticas de la cámara, y la edición química del celuloide en tiempos donde no existía la edición digital. Ojo a los contrastes marcadísimos, a los ojos de pez que deforman las imágenes, o el juego que realiza con la saturación del color a la fotografía. También David Fleas renuncia a los diálogos y apuesta por citas literarias y efectos de sonidos provenientes de la naturaleza, como si fuera una evolución sonora del expresionismo alemán y más concretamente de Nosferatu de Murnau. A todo esto, solo queda admitir que Opera Mortem es una obra maestra del cine mudo, arte moderno hecho cine, pero también cine de terror satánico con gore explícito y pornografía, referencias al suicidio e imágenes de violencia, además de citas literarias religiosas y surrealismo. Casi nada.


Opera Mortem es cine maldito por su leyenda y contenido, algo que la convierte en un must de culto instantáneo. Nada a retraerle. Es una experiencia inquietante y también una exquisitez visual creada por un loco visionario que le pide al espectador que intente ver más allá de la superficie, y se adentre a la perversión de la mente humana. Quien sabe si alguien se suicidará después de verla..., como mínimo a nosotros nos ha dejado mal cuerpo, como de tristeza. Decir que es siniestra es quedarse corto, porqué da mal rollo de verdad.


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